No debo amar a un vestido
Ni a un maquillaje o peluca.
No debo amar a un suspiro
Que se vá y no queda nunca.
No debo amar a una boca
Ni a una sonrisa hechicera,
ni a una mirada que llega
Perturbadora y celosa.
No debo amar a un perfume
Que sobre una piel reposa.
Ni a unas manos que retozan
Cuando señalan las nubes.
Yo debo amar lo que es
Real, cierto y transparente,
Lo que muestra en desnudez
A un ser que se haga presente.
No a la razón y al saber,
Amar la paz y el sosiego.
A la luz que pueda ser
Claridad del universo.
Entonces mi amor profundo
será dado para siempre
Y me exigirás que sea
Lo que pretendo al tenerte.
Miguel A. Viera
No hay comentarios:
Publicar un comentario